ABRE LOS OJOS AUNQUE NO TE GUSTE RECONOCER LO QUE VES
Hace cuatro días del Día Internacional de Violencia de Género y me gustaría hacer mención con este artículo de la necesidad de dar visibilidad a la población de lo qué es y qué no es violencia, así como contribuir a que mujeres como yo puedan hacer consciente su condición de víctima de maltratos a tiempo, para aprender, cuanto antes, a gestionar mejor su vida y poner acción hacia un nuevo rumbo.
¿Qué es violencia de género?
"Cualquier acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino, que tenga o pueda tener un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se produce en la vida pública como en la privada".
Declaración de las Naciones Unidas sobre violencia de género. Diciembre 1993.
La violencia es un comportamiento, una actitud deliberada que se basa en el uso de la fuerza, en la agresión física o psicológica, para resolver conflictos. La encontramos en relaciones internacionales, laborales, personales o afectivas. Cuando la violencia se ejerce en el ámbito de la pareja hablamos de violencia de género.
Probablemente has pensado muchas veces que la violencia de género afecta a otras mujeres y que a ti eso no te pasaría. De hecho, la mayoría de mujeres que padecen violencia psicológica no son conscientes del todo. Yo soy una de esas mujeres. En mi caso, he vivido durante varios años situaciones familiares que han afectado gravemente mi autoestima sin haber sido consciente de mi condición. Y puedo asegurarte bajo mi propia experiencia que en este tema no importa la raza, la edad, el nivel social, los estudios académicos.... Todas estamos en riesgo de ser maltratadas.
La violencia psicológica consiste en cualquier acción intencionada que puede ocasionar daño psicológico. Se trata de conductas que pueden ser físicas o verbales y que pueden también ser activas o pasivas produciendo a la mujer sentimientos de menosprecio, miedo, humillación, culpa o sufrimiento. Se consideran conductas de maltrato psicológico desde la rediculización de la mujer, tanto en público como en privado, hasta las amenazas de causar daño a personas queridas por ella, pasando por la intimidación y responsabilizarla de la situación en la que se encuentra.
En mi caso, he pasado por varias de ellas incluso después de haber logrado tener la valentía y el coraje de dejar la relación sentimental, separándome. Cuando se produjo la separación, se agravaron aún más los maltratos hasta el punto de utilizar a las hijas como vehículo para seguir maltratando, así como los bienes materiales por repartir y la economía por separar. Hice frente a situaciones como:
- Insultos delante de terceras personas.
- Provocación para degradarme como persona.
- Amenazas con quitarme a las criaturas.
- Criticar todo lo que hacía o decía.
- Mostrarse prepotente, cínico e insolente conmigo y las hijas para imponer su criterio.
- Manifestar celos constantemente cuando aún vivíamos juntos incluso cerrándome la puerta con la llave echada para que no pudiera entrar a casa después de haber estado con amigos.
- Desautorizarme y descalificarme ante mis hijas y otros familiares o personas.
- Desplazar mi potestad como madre imponiendo que su pareja actual realice el papel de madre de mis hijas.
- Manipular mi entorno de amistades, familia y trabajo a su conveniencia para satisfacer su necesidad de dominio.
"ABRE LOS OJOS" |
El mensaje que te doy de " ir con los ojos abiertos" va para ti mujer, que sabes de la existencia de tus ojos y que mereces tenerlos abiertos para ver, aunque lo que veas no te guste, te duela aceptar, te provoque miedo, pudor, vergüenza, culpabilidad...
Y para ti, conocid@ de la mujer victima de maltrato, seas profesor de la escuela de sus hijos, seas el pediatra de los mismos, seas el dentista que hace el seguimiento de la ortodoncia de sus hijos, seas el vendedor de los libros de texto para el próximo curso escolar, seas el director del extraescolar... Para ti también, director/a de la escuela donde van sus hijos, presidente del AMPA , madre o padre de los amig@s de sus hij@s, compañer@s de trabajo, amistades de la victima de maltrato, familiares... A tod@s ellos, no permitáis que el miedo o la falta de responsabilidad ante un problema social tan grave, en el que tod@s estamos expuestos, no te permita la valentía o el coraje de implicarte. A ti, te pido, como persona maltratada que vayas con los ojos bien abiertos y te impliques buscando la manera de cómo ayudar a la mujer del maltrato masculino.
En la mayoría de las ocasiones ni la persona afectada es consciente de su condición, ni la persona al otro lado tiene la escucha activa o la iniciativa necesaria para involucrarse de forma que facilite la atención necesaria ante un problema tan grave como es la violencia de género o intrafamiliar. La mujer víctima de este dominio masculino se ve forzada a hacer frente a barreras casi infranqueables en servicios inimaginables como la educación, la salud, el trabajo, e incluso con la ley y la tendencia a sentenciar custodias compartidas sin valorar la individualidad del caso. Unas fortalezas que han sido forjadas previamente por la manipulación y control del maltratador, para provocar el que tomen partido y él siga dominando el "cotarro".
A partir de que la mujer hace consciente lo que le está pasando, le pone nombre y se trabaja para recuperar su poder, gracias a la cooperación de los trabajos sociales y la atención primaria sanitaria, no hay fuerza negativa que la derrumbe.
¡ Sí se puede!
Hago un llamamiento desde mi humilde blog a tod@s vosotro@ para que mensajes como los de las fotografías siguientes sean una realidad frecuente y se actúe a tiempo.
Me llamo Raquel, soy mujer adulta con estudios universitarios, excasada con un hombre adulto, con estudios universitarios también y con un estatus social medio-alto. Padecía una situación de violencia de género durante varios años de convivencia juntos y no me daba cuenta. Justificaba sus acciones, las escondía a la familia y amigos e incluso llegaba a culpabilizarme de lo que me ocurría. Ahora sé que podría haberme dado el permiso de abrir mis propios ojos para ver lo que vivía y haber pedido ayuda. Que hablar de lo que ocurre es la primera entrada hacia el camino de la libertad. AHORA VOY CON LOS OJOS BIEN ABIERTOS Y ME IMPLICO EN TODO AQUELLO QUE ESTÁ EN MIS MANOS, EN MI CEREBRO Y EN MI CORAZÓN.
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